Chantas
Chanta: Aquél individuo, sea hombre o mujer, que aparenta tener lo que no tiene y ser lo que no es, que siempre cuenta todo lo que hace, que trata de relucir por sobre los demás, generalmente en base a mentiras, patudeces o aires de div@… tiene un aspecto de seguridad absoluta que no se la cree nadie, y finalmente siempre sale pillado.
- El nuevo rico parece ser de “gran nivel” pero cuando habla o come se le arranca el roto que lleva dentro. Cree que gana estatus comprando toda la tecnología que ofrece el mercado, teniendo el mejor auto, ropa de marca y oliendo al patchulí más caro que exista.
- Es el que viaja y trae de recuerdo miles de chucherías para adornar la casa desde sombreros mexicanos, gaitas hasta artesanía que no sirve para nada, pero que dice “Recuerdo de …” y que se acomoda de manera poco indiscreta a la entrada de la casa en un mueble que está al borde del colapso con tanta monería encima.
- Toma un tour por la mayor cantidad de países posibles, para luego decir, “yo estuve ahí”. Tiene una infinidad de fotos, todas las que caben en la memoria de la cámara (o antes compraba 20 rollos de fotos) y después ni siquiera es capaz de recordar dónde las tomó.
- El chanta, con ese afán de tenerlo todo, compra a crédito hasta la comida del supermercado (tema a tratar más adelante, en otro post). Generalmente hace alarde de todo lo que posee y de lo que pretende tener en algún momento. La falta de humildad lo delata. A nadie, creo, le importa saber qué nuevos electrodomésticos hay en su hogar, ni cuánto gasta cuando come en un restaurant, ni cuántas botellas de copete se tomó durante el fin de semana, ni con cuántas mujeres ha salido el último mes, ni nada…
- La mujer chanta, reniega el lugar donde estudió su enseñanza básica y media, utiliza un espanglish del tipo “oh my goshh”, “don’t worry” o “darling”, “mi amor”, “querida”, entre otros. Huele a perfume caro (aunque sea imitación), su pelo es rubio y sus ojos celestes aunque sus fotos de niña revelen que en “el fondo” es morena y de ojos café. Se inventa idas diarias al gimnasio, a la peluquería, al manicure, y se encierra en la casa unos 3 horas y pide que digan que no está para que nadie sepa que realmente no es cierto.
- Para navidad adorna la casa con todos los artículos disponibles en el mercado, incluyendo cortinas ad hoc, pascueros que bailar y cantan, velas de múltiples tamaños, figuritas, serpentinas, pesebre tamaño natural, luces para los árboles del patio, etc.
- Al chanta le encantan las reuniones sociales. Le gusta conversar de él, ser autorreferente. Ser el centro de atención. Se ríe a carcajada limpia para que noten su presencia. Tutea a los meseros y los trata de “amoroso”, “ey niño”, “lolito”, “m’hijo”…
- Si no tiene auto, se lo inventa. Hace como que lo estaciona a varias cuadras y llega contando que no encontró nada cerca cuando llegó, cuando se percata que hay 4 estacionamientos disponibles en la entrada del lugar de reunión.
- Se pasea con el carrito de supermercado lleno de centollas en tarro, vinos, langostas, y después lo deja botado y termina compra arroz, vienesas y un jugo yupi. Jajaja. (como la canción de Joe Vasconcellos).
- Es muy bakán... Camina con los brazos abiertos, habla con la papa en la boca, se jura mino. Onda Johnny Bravo. Y habla puras estupideces. El jote chanta se reconoce porque usa piropos repetidos y clásicos como: “Qué hace una mujer como tú en un lugar como éste”, “Qué hizo Costa para que los bombones caminaran” y todos aquellos que ya todos conocemos…
...me sumo al comentario de Lore. Todos tenemos algo de chantas.
2 Comentan este post:
Jeje... buena!!!
Saludos!
Lore
Copiar y pegar vale, siempre y cuando se me quede en la cabeza y no se me olvide con la primera cerveza...
saludos
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