La irresistible tentación
Los Juegos Olímpicos traen consigo una sincera e imparcial competición de atletas de todos los países, algo que se refleja en el Juramento Olímpico. En ocasiones, algunos deportistas se olvidan de esta esencia fundamental e intentan ganar por todos los medios.
Aquí un pequeño recordatorio de algunos que no resistieron la tentación de ganar como sea. Tres historias, tres tramposos;
Boris Onischenko y la espada que puntuaba sola.
Fred Lorz, el campeón olímpico que viajaba en coche.
Ben Johnson, el caso de dopaje más recordado.
Las historias completas después del salto;
Tramposos Olímpicos
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